En el desierto

Por: Neto Corado

La vida nos permite experimentar diferentes situaciones, una de las más complicadas es cuando nos toca enfrentarnos a circunstancias adversas sin la ayuda de nadie más que nosotros mismos, no hay nada peor que cuando la vida nos lleva al desierto. Probablemente te dejaron solo en tu proyecto universitario, te ha tocado a ti trabajar para poder darte la oportunidad de estudiar tu solo o sola, estas atravesando una situación tan delicada que no puedes compartirla con nadie más, y vas solo, tratando de solucionar, estas en un proceso de divorcio y vas sola o solo contra el mundo, tienes una deuda económica grande y ya estas contra la espada y la pared, ya ningún banco ni agencia de préstamos quiere solucionarte y te estás volviendo loco, y así podríamos mencionar muchos ejemplos.

Pero la pregunta importante aquí es ¿Qué hacemos en estos momentos, qué hacemos en el desierto?, si por más que nos hemos esforzado, por más que hemos buscado una salida, por más que hemos querido salir de este desierto no lo logramos.

No hay mejor manera de responder esta pregunta que tomando ejemplo de aquellos que han vivido un desierto. Hoy tomaremos de ejemplo uno de ellos: Moisés, sí, Moisés fue llevado al desierto luego de cometer un asesinato en defensa de uno de los de su pueblo original. Imagínate este hombre después de tener la mejor educación, la mejor comida, el mejor techo, una posición privilegiada, ahora está en un desierto sin ninguno de sus anteriores beneficios, qué cosas pasarían por la mente de Moisés, muchos pensamientos quizás fueron similares a los que tu puedas pensar en momentos como estos.

¿Qué hizo Moisés para poder salir adelante en medio del desierto? te lo resumo en una escena: la zarza ardiendo. A Moisés le cambió el rumbo de su vida en el desierto cuando tuvo un encuentro con Dios, narra La Biblia que Moisés llegó al Monte Sinaí o también conocido como Monte Horeb, el Monte de Dios, y en ese lugar Dios lo llamó para convertirlo de un simple hombre en un desierto a un libertador de su pueblo. De aquí en adelante Moisés fue un hombre diferente, Moisés ya no fue el mismo, a pesar que aún estaba en el desierto y que salió por un momento del desierto para luego regresar, ahora ya no iba solo, ahora iba con Dios de su lado, de hecho en Éxodo 3: 12 Dios le dice: Ciertamente yo estaré contigo.

En medio de nuestras situaciones difíciles, en medio de nuestra soledad, en medio de esos momentos donde no le encontramos una salida a nuestro problema, quiero decirte que sí hay una solución, sí hay una compañía, sí hay una esperanza, pero necesitamos encontrarnos con Dios, porque cuando nos encontramos con Dios las cosas cambian, cuando nos encontramos con Dios nuestra esperanza se activa, cuando nos encontramos con Dios aquellas cosas que parecen imposibles ahora son posibles.

Moisés se encontró con Dios en ese monte y las cosas cambiaron, Moisés vio grandes maravillas hechas por Dios, vio caer maná del cielo, brotar agua de una peña en el desierto, abrirse el mar, una columna de fuego en las oscuras noches en el desierto, vio La Gloria de Dios. Entonces para tu situación si hay una solución, necesitas encontrarte con Dios.

Entonces si estas viviendo en un desierto en tu vida, quizás necesites buscar un monte que te acerque a Dios, y ese monte esta a tu alcance, ese monte es la oración, habla con tu Padre, encuéntrate con tu Padre y verás como las cosas cambian y mejoran. Ánimo, no estas solo, siempre hay una esperanza, y esa esperanza es tu Padre Dios.

Publicado por NetoBlog

Líder Cristiano, con profundo amor por el desarrollo y crecimiento espiritual de las nuevas generaciones

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