Por: Neto Corado
Trabajo en una empresa que funde metales, entre los metales que se transforman está el hierro, bronce, el aluminio, pero hoy particularmente quiero expresar un fenómeno que se genera cuando se fabrica una pieza de hierro.
Hay ocasiones que la pieza no obtiene con la calidad requerida, presenta imperfecciones, la superficie genera porosidades, o sale incompleta. Cuando esto sucede, existen varias opciones para solucionar el problema, pero regularmente la primera solución que se evalúa es el poder corregir soldando la pieza, con el objetivo de resanar o rellenar algún hueco o imperfección que la pieza ha presentado, esto lógicamente es más económico que el tener que volver a fundir la pieza, lo cual representa mayor costo, y un tiempo mayor para poder entregar al cliente.
Pero quiero puntualizar una situación que se presentó en una ocasión, en donde se reparó una pieza rellenando con soldadura convencional el hueco que presentaba una pieza en particular; la pieza se logró entregar visiblemente bien, con un mecanizado perfecto, y el cliente la recibió de manera satisfactoria en su almacén. Aparentemente todo marchaba bien, pero un problema surgió cuando el cliente la utilizó, porque en funcionamiento la pieza se fracturó justamente de la zona donde había sido reparada. Los técnicos no tomaron en consideración que el esfuerzo al que la pieza sería sometida en funcionamiento requería que la pieza no fuera reparada, sino más bien que la pieza fuera fundida completamente con la calidad necesaria.
Pensando en este momento, analizaba que en nuestra vida sucede de la misma manera, hay ocasiones que no entendemos por qué estamos pasando por el fuego, pero es que no siempre nuestra vida necesita solo ser resanada, sino que necesita ser quebrada, moldeada y refundida de nuevo, para poder cumplir con la tarea que se nos ha sido asignada, porque cuando has sido creado para propósitos grandes, no puedes ir débil a cumplir ese propósito, debes ir completamente íntegro para que tu propósito sea cumplido.
Quizás en este momento estas pasando por el fuego, atravesando un grave problema, estás en un callejón sin salida, no encuentras una solución a tu economía, pero permíteme decirte que luego que pases este proceso, porque va a pasar, se va a terminar porque ningún problema es eterno, cuando esto pase, tú ya no volverás a ser el mismo, tu confianza en Dios y en ti mismo será mayor.
Zacarías 13:9 «Y meteré la tercera parte en el fuego, los refinaré como se refina la plata, y los probaré como se prueba el oro. Invocará él mi nombre, y yo le responderé; diré: «Él es mi pueblo», y él dirá: «El Señor es mi Dios»»
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